Mario
Rodríguez Cobos – SILO (1938 – 2010)
Mario
Rodríguez Cobos nació en Mendoza (Argentina) el 6 de enero de 1938.
Allí residió durante toda su vida, si bien viajó llevando su
Mensaje por todos los continentes. Su aspecto alargado inspiró el
mote de “Silo” con el que firmó sus libros, siendo conocido
internacionalmente por ese seudónimo literario. Sin embargo sus
amigos siempre se han referido a él como el Negro, ese mote tan
afectuoso y latino.
De
adolescente se destacó en sus estudios y sobresalió como gimnasta.
Insatisfecho por la limitación de la educación universitaria,
abandonó sus estudios de Ciencias Políticas y recorrió
Latinoamérica
para tomar contacto íntimo con la realidad de su gente. Como
resultado de sus estudios personales, comenzó la formación de los
primeros grupos de estudio de lo que con el correr del tiempo sería
el Movimiento Humanista.
Hacia
principios de 1969 se encontraba realizando un retiro en plena
Cordillera de los Andes, en la soledad de una ermita que había
construido con piedras al pie de un cerro próximo al paraje
denominado Punta de Vacas. Entonces sus seguidores le pidieron que
expresara públicamente las ideas que hasta ese momento había
explicado en pequeños grupos. La dictadura de ese momento no
autorizó la realización de un acto público en la ciudad. "¡Vayan
a hablarle a las piedras!", fue la respuesta. Y allí, en ese
paraje donde el río Mendoza recibe los aportes del Tupungato y el
Vacas, tuvo lugar el 4 de mayo de 1969 la primera exposición
pública de sus ideas, conocida como “La Arenga de la Curación
del Sufrimiento”. En ella Silo desarrolló los temas centrales de
su Doctrina y advirtió sobre el estallido de violencia que estaba
por sobrevenir. El 29 de mayo la ciudad de Córdoba se vio
desbordada por la violencia revolucionaria que desató lo que en
Argentina se conoció como los “años de plomo”, concomitando
con los brotes guerrilleros que se manifestaban hasta en Europa.
Por
ese entonces, Silo daba a conocer su primer libro, “La Mirada
Interna”, donde expone de manera sintética y precisa lo medular
de su pensamiento y su práctica. Mientras su generación se volcaba
en buena parte a la ola revolucionaria, los primeros siloístas
comenzaron a dispersarse por el planeta dando comienzo al tejido de
una red organizativa que hoy abarca todos los continentes.
En
1975 Silo coordinó durante seis meses grupos de estudios que se
reunieron en la isla de Corfú, en el Mar Egeo, profundizando los
estudios del psiquismo cuyas conclusiones expuso luego en las
reuniones de Canarias de 1977, que se conocieron luego como sus
“Apuntes de Psicología”.
En
1981 coordinó el equipo que recorrió el planeta en una gira que
abarcó desde Europa hasta la India, realizando varios actos
públicos en los que exponían los puntos centrales de la Doctrina.
Para esa fecha ya estaba echada la base organizativa de lo que
entonces se conocía como La Comunidad para el Desarrollo Humano.
Por
ese entonces publica su segundo libro, El Paisaje Interno. Aquí ya
se anuncia el núcleo de lo que sería conocido poco después como
Nuevo Humanismo o Humanismo Universalista. En consonancia con el
desarrollo social y el tono epocal, en 1984 se forma el Partido
Humanista, que alcanza el rango de Internacional Humanista en 1989.
Sus
libros se suceden: “El Paisaje Humano”, que aparece integrando
“Humanizar la Tierra”, junto con “La Mirada Interna” y “El
Paisaje Interno”; “Contribuciones al Pensamiento” (1990);
“Mitos Raíces Universales” (1991); y luego, “Cartas a mis
Amigos” (1993), que cierran la exposición de la doctrina y de la
ideología del Nuevo Humanismo.El 6 de octubre de 1993 la Academia de
Ciencias de Rusia le otorgó el título de Doctor Honoris Causa
como un reconocimiento a su obra.
De
manera insólita, el 4 de mayo de 1999 reúne a sus seguidores en
Punta de Vacas, a los 30 años de su primer Arenga y declara el
fracaso del proyecto. No obstante, el Movimiento Humanista sigue
su
proceso, continuando su expansión planetaria con la mira puesta en
el futuro. Silo da por concluida su tarea en el Movimiento y cierra
su proceso en el año 2000.
En
agosto de 2002 lanza “El Mensaje de Silo”, un conjunto de
prácticas simples para el desarrollo espiritual, articuladas en un
conjunto de ceremonias y organizadas en un libro (El Mensaje de Silo)
que incluye “La Mirada Interna”, las ceremonias y “El Camino”.
En una nueva reunión en Punta de Vacas el 4 de mayo de 2004,
proclama la vigencia del proyecto y al año siguiente comienzan a
erigirse lo que hoy se conoce como Parques de Estudio y Reflexión:
el primero, en La Reja, provincia de Buenos Aires, Argentina;
seguido por Parque Manantiales de Chile; para sucederse los Parques
Toledo, en España, y Attigliano, en Italia; Parque Khandaroli en
India; Parque Red Bluff en EEUU; Parque Caucaia, de Brasil, y el
histórico Parque Punta de Vacas en la Cordillera de los Andes. Hoy
los Parques se han multiplicado tanto en los países mencionados
como en otros países (Ecuador, Francia, Colombia, Bolivia, Perú,
Israel).
Silo
continuó orientando las actividades de El Mensaje de Silo, que se
sumó a la organización de la primera Marcha Mundial por la Paz y
la No-Violencia, promovida por la organización internacional Mundo
Sin Guerras. Este evento fue organizado por un equipo de 100 personas
que cruzaron los cinco continentes, comenzando en Wellington, Nueva
Zelanda, el 2 de octubre de 2009 y llegando a Punta de Vacas el 2 de
enero de 2010. Fue la primera acción internacional coordinada para
reclamar por el desarme nuclear y crear conciencia de la necesidad
de la no-violencia como modo de resolución de los conflictos
internacionales y sociales.
En
su carácter de fundador del Humanismo Universalista e inspirador de
la mencionada Marcha, fue invitado a la Cumbre de los premios Nobel
de la Paz, celebrada en Berlín en noviembre de
2009,
donde expuso El significado de la Paz y la No Violencia en el momento
actual, en donde expresa “Es claro que aún no está instalada la
idea ni la sensibilidad capaz de provocar un repudio profundo y un
asco moral que nos aleje de las monstruosidades de la violencia en
sus diferentes rangos. Por nuestra parte, haremos todo los esfuerzos
necesarios para instalar en el medio social la vigencia de los temas
de la Paz y la No Violencia y es claro que el tiempo llegará para
que se susciten reacciones individuales y también masivas. Ese será
el momento de un cambio radical en nuestro mundo.”
Silo
-a quien el cineasta canadiense Daniel Zuckerbrot le dio el título
de “Sabio de los Andes” en una entrevista que le hizo en 2007- no
se interesaba en la política contingente y, sin embargo, su obra dio
nacimiento a numerosos partidos políticos en todo el mundo. No fue
un científico, en la acepción común de la palabra, pero fue
galardonado con el título de Doctor Honoris Causa por la Academia de
Ciencias de Rusia en el año 2003. No fue propiamente un filósofo ni
un psicólogo en el sentido tradicional y, sin embargo, sus escritos
hacen novedosos planteos y profundas revisiones a lo sostenido por
Ortega y Gasset, Husserl, Nietzsche, Sartre, Hegel, Koler,
Heisenberg, Jung, Freud. Sin ser budista, es declarado Maestro por la
sangha budista de Sri Lanka.
En
la base de las enseñanzas de Silo están presentes las ideas de la
no violencia y la no discriminación. Ubica al ser humano como valor
central; afirma la igualdad de todas las personas; reconoce la
diversidad personal y cultural; auspicia el desarrollo del
conocimiento por encima de prejuicios aceptados como verdades
inmutables; afirma la libertad de ideas y creencias, y repudia toda
forma de violencia, no sólo manifestada en la violencia física,
sino también denuncia la violencia económica, la violencia
religiosa, racial, sexual, moral y psicológica. “Al mismo tiempo,
estas propuestas terminan configurando un estilo de vida y un modo de
relación del más alto valor moral, que puede expresarse en esta
frase: “¡Trata a los demás como quieres que te traten!”
El
16 de septiembre de 2010, Silo murió en Mendoza, Argentina.